El primer punto a tener en cuenta a la hora de consumir CBD sublingual es la dosificación. Los efectos del CBD pueden variar en función de diversos factores como el peso, la edad, el metabolismo o la finalidad para la que se toma.
Una vez que la dosis está clara, hay que asegurarse de que el producto es de buena calidad. Algunos aceites de CBD pueden llevar metales pesados y otras sustancias químicas nocivas. Por ende, es fundamental asegurarse de que el producto que se vaya a utilizar se puede ingerir sin riesgos.
Además, se ha observado que, en función del tamaño de las gotas del dispensador empleado (cuentagotas o spray) la duración del efecto varía. El CBD sublingual administrado en spray se metaboliza antes y su efecto dura más. Sin embargo, con las gotas de CBD se alcanzan mayores concentraciones en sangre⁴. Es decir, el efecto es más pronunciado, aunque durante menos tiempo.
El sabor sería otra de las características del aceite de CBD a tener en cuenta para la administración sublingual. En aquellos países donde este cannabinoide se vende para su consumo por esta vía, es común que los aceites incorporen saborizantes y aromas. Esto se hace para mitigar el sabor herbal del extracto de CBD.
Si bien estos complementos no son un ingrediente imprescindible, hacen que la toma sea más agradable, especialmente para los usuarios no habituados al consumo de CBD.